El agua es
un recurso renovable. Todos los tratamientos de agua implican la eliminación de
sólidos, bacterias, algas, plantas, compuestos inorgánicos y compuestos
orgánicos.
Para tal
fin, intervienen en el proceso diversos factores y producto químicos, que
debidamente aplicados pueden evitar:
-
Productores de enfermedades.
-
Bacterias patógenas.
-
Virus y protozoarios
(microorganismos).
-
Entre otros.
Cuando se piensa en el tratamiento de aguas, se relaciona
directamente a procesos industriales complejos, aunque en realidad, todos de
una u otra manera somos responsables de mejorar la calidad del agua, sea
bebestible o no.
Desde el uso de filtros de grifo, riego, cuidado de calderas, hasta el mantenimiento de una piscina, la aplicación responsable de
productos químicos es esencial para garantizar su usabilidad.
En la actualidad, existen en el mercado, cientos de
productos aplicables que van desde:
Biopack Balsas: Tratamiento bio-enzimático, desincrustantes
para uso agrícola, floculantes, antiespumantes, alguicidas, inhibidores de
incrustación y corrosión, en fin, podríamos enumerar cientos de ellos, pero lo más
importante a considerar es la confiabilidad de los mismos y los responsables de
su comercialización.
Debido a las crisis económicas, han surgido diversas
empresas del tipo: agroquímicas, que desarrollan estos productos a muy bajo
costo y lo comercializan a granel, sin marca, sin un embase adecuado y
seguramente, sin los controles de calidad correspondientes, pudiendo generar
daños altamente perjudiciales.
Es por ello, que a la hora de elegir, debemos procurar
comprar productos de marcas reconocidas, en empresas que cuenten con certificaciones de calidad en
gestión ambiental y estén inscriptas en AENOR.
Líderes en el mercado como Cespam, garantizan nuestra
calidad de vida.
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