Su pincel es una bici. Su lienzo es una mapa. Y su escritorio... las calles de su ciudad. Michael Wallace es el inventor de un arte que él mismo ha bautizado como GPX Riding.
Sus obras no se pintan, se pedalean. Michael Wallace diseña el cuadro en su mente y después lo pinta circulando con su bicicleta por las calles marcadas. Un GPS recoge todos sus movimientos en un plano que, al acabar el trayecto,dibuja una figura. Una figura sencilla, si se pinta con un lápiz y con un papel, pero una figura sorprendente si tenemos en cuenta que se ha creado siguiendo una ruta en bicicleta. Michael admite que no es el único que crea este tipo de obras, pero sí es el más avanzado y el primero en ponerle nombre: GPX Riding.
El proceso de creación de estas obras es siempre el mismo: Michael se hace con el mapa de una ciudad y lo analiza a fondo hasta que se imagina una posible figura. Hace un esbozo y memoriza la ruta, prestando especial atención a los cruces. Y al final, se sube a la bici y empieza a pintar. A medida que avanza, el GPS le indica las líneas que está trazando. En ocasiones se tiene que bajar de la bicicleta y caminar en zig zag o en círculos para crear algunos detalles del lienzo, que siempre empieza y acaba en el mismo punto.
Y aunque ninguna de sus obras llegará al Museo del Prado, Wallace es feliz por poder expresar su creatividad e imaginación a la vez que se mantiene en forma.
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